PRIMEROS DÍAS
Digamos
que no es fácil comenzar nuevas etapas, pero podemos decir también que,
empezándolas con ilusión y ganas, el porcentaje de dificultad disminuye
bastante. Es cierto que, aunque nos planteemos cómo pueden salir las cosas, nunca
va a ocurrir de esa manera (está claro). Ni siquiera ir a la cocina y beber un
vaso de agua. Piénsalo antes de hacerlo. Ahora ve a hacerlo.
¿Ya
volviste? ¿Hiciste algo más a parte de lo que tenías planeado verdad? Pues esa
es la vida, un constante cambio, que por mucho que las personas nos empeñemos
en controlar, créanme cuando les digo que es imposible.
Pues bien,
todo este rollo para decir que esta sección va a ser un mundo, un caos, algo
que no sé cómo saldrá, pero espero que les sirva de ayuda. Estoy trabajando con
una niña de 5 años y como dije, los comienzos nunca son fáciles.
Puede
tocarte diferentes tipos de niñxs, bueno, diferentes y miles de tipos, tanto
como humanitxs hay en el mundo. Digamos que podemos separarlxs en varios grupos,
o colores mejor. Pongamos que hay verdes, azules, rojos y amarillos. Bien pues:
ELLA LO ES
TODOS A LA VEZ: es lista, inteligente, creativa, se aburre con facilidad,
quiere ser voz cantante pero también le gusta seguir las pautas que se le
marcan. Dependiendo del momento, es un ángel o un poco demonio, todo sea dicho,
pero no sé si será el tipo de confianza que le trasmito o que, básicamente, le
caigo bien (de momento, jejej), se puede llevar sin berrinches ni lloreras
innecesarias.
Ahora que
ya saben cómo es, pasemos a una parte un poco más pedagógica.
En
cualquier tipo de relación, una primera impresión es fundamental, sí. Pero
aparentando y entrando por los ojos no vamos a generar toda la confianza que se
necesita para establecer dicha relación, siempre que queramos que sea de
calidad y cumpla nuestros objetivos.
Por esto,
el primer día en el que nos vimos, establecimos una serie de normas. Y digo
establecimos, en plural, porque en toda relación debe haber un poquito de cada
persona. Con ello, lo que se logra es crear ese clima de confianza en el que
ella supo que yo la veía, que la tenía en frente. Nunca me presente como una
figura de autoridad a la que tuviese que hacer caso sin plantearse por sí misma
las cosas que yo le decía. Y me dirán, tiene 5 años, sí, pero es que, como es
lógico, todo tiene unos ciertos límites.
Siguiendo
con las ‘normas’, creo que le vamos a cambiar el nombre a ‘horario’, se ciñe
más a la realidad de lo que creamos, es cierto que ya llevaba un ideal de cómo
podría quedar ese horario y nos satisfaciese a ambas, pero el truco está en
saber venderlo.
El
horario, tiene momentos de descanso, momentos en los que, dentro de una serie
de opciones previamente elegidas por ambas, ella puede elegir para realizar
durante un periodo de tiempo, y una segunda parte, en la que yo soy la que
decide, de igual manera, entre una serie de opciones que le propuse.
Con esto,
estamos consiguiendo que ella se sienta conforme y partícipe en algo que
realmente es por y para ella; pues es ella la que va a vivir todos esos
momentos que existen en el horario y opinando cada día sobre una parte de él.
Seguiré
informando, que no creo que la cosa siga tan sencilla como el primer día…
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